Es muy importante seguir una serie de consejos para un eficaz mantenimiento y por tanto un rendimiento óptimo de nuestra secadora, ten en cuenta mirar las etiquetas de la ropa y sigue las recomendaciones indicadas para no estropearlas. Sacude bien la ropa recién lavada antes de meterla en la secadora, sobre todo si usas monodosis de detergente directamente en el tambor de la lavadora, pues muchas veces no se disuelven y quedan restos. Además, tras el lavado, revisa los bolsillos de las prendas por si se hubiera algún objeto que pudiese obstruir el sistema de secado. Si tienes que usar productos específicos quitamanchas en la ropa tras el lavado, no lo hagas sobre la secadora: evitarás posibles derrames. Procura no secar ropa que no haya sido lavada previamente. Puede que te haya caído un chaparrón y te hayas empapado entero, pero esa ropa, aunque la consideres limpia, puede estar sucia; estará sucia. Aún así, si decides secarla, limpia después el tambor de la secadora con un poco de jabón para que no se ensucien otras prendas en posteriores secados. Fíjese en las etiquetas en las prendas y en otros textiles y nunca los seque con calor si la etiqueta no lo recomienda ya que pueden incendiarse. Por el mismo motivo, nunca seque con calor artículos que haya usado con disolventes o ceras. Procura limpiar el filtro de la secadora, el de las pelusas, tras cada secado o al final del día, sobre todo si la ropa al secar suelta muchas fibras. Evitarás obstrucciones que puedan provocar el mal funcionamiento del aparato o incluso que se estropee. En cuanto al sistema de la válvula de la secadora, presta atención en que jamás esté obstruida, que siempre expulse el aire hacia el exterior de la casa, y límpiala al menos una vez al año.
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